La enfermedad tiene un sentido, y no es una maldición, ni tampoco una bendición, en el sentido estricto de las palabras, y el sentido o mensaje de ella es lo que hay que buscar. La enfermedad no es material en su origen, sino un conflicto profundo, entre la personalidad y el alma de cada cual. A veces, las enfermedades están puestas para aprendizaje de otro u otros, incluído algún colectivo de personas.
Para poder comprender el contexto de la enfermedad del hombre es necesario ir a la constitución del ser humano. El ser humano es un ser espiritual, que tiene encarnaciones sucesivas, lo que conocemos como el proceso de reencarnación. El objeto de esas encarnaciones es aprender y equilibrar todas las acciones pasadas para salir de la rueda de encarnaciones y pasar a un estado superior, en que ya no es necesario volver a venir, y si se viene es por una decisión propia y única, con un fin determinado, y que es por norma general una enseñanza a los que permanecen en los niveles inferiores de desarrollo de conciencia. Son como faros en la noche tormentosa del océano ignoto, salvaje, agitado y profundo. Ellos han sido los maestros que de tarde en tarde aparecen y que, casi por regla general, mueren violentamente, a manos de otros seres humanos: Sócrates, Jesús, Martin Luther King, Juan Pablo II (casi asesinado), etc.
Se conoce en forma coloquial al proceso de encarnación y sus resultados y acciones propias como el karma. La gran mayoría entendemos que el karma es la consecuencia lógica de nuestras acciones, en el sentido de equilibrio de acciones pasadas. ¿Pero cuán pasadas? Como somos seres espirituales el tiempo es una variable que no existe, ya que el tiempo está asociado a la experiencia física, a la experiencia terrenal. Es en el proceso de encarnación que cobra sentido el concepto del tiempo entonces, esa dimensión tan especial, y es tiempo pasado el transcurrido en cada experiencia como ser encarnado. Entonces, el karma es un asunto acumulado, de muchas existencias, y que tiene entonces un papel que jugar en nuestra actual vida. Y cada cual viene con su mochila de experiencias acumuladas, con posibilidades ciertas de ser trabajadas en esta existencia, con acuerdos ya hechos ante los maestros, y de los cuales participaron nuestros padres y ancestros, nuestros hijos y descendientes, y todas las personas con las que nos relacionamos. Por lo tanto, cada uno viene con una personalidad definida, y con tareas a trabajar. Y es el alma la que debe llevar adelante las tareas, para que la personalidad vaya a la par y sea entonces una mixtura que produzca los frutos esperados, y sea la vida una de felicidad y salud.
Cada cual debe trabajar ciertos aspectos de su vida, y se ha comprometido a ello con anterioridad. Entonces si un alma viene a encarnar en una familia y su tarea es desarrollar una cierta faceta específica, una labor dada, y ella además involucra a otros miembros de la misma puede que esa tarea sea desarrollada a través de una enfermedad. Y obviamente que la enfermedad no se desarrolla si no viene con la clave genética dada, y si no actúan los agentes físicos que la desaten ni las vivencias mentales y emocionales necesarias para el desencadenamiento de ella. Por ello es que cada cual somos como somos. Ahora bien, se plantea que dos hijos de los mismos padres llevan una estructura genética similar. Entonces, ¿por qué solamente uno de ellos enferma y el otro permanece equilibrado en salud? ¿Qué es lo diferente? Es posible que si se escarbe en el ADN se llegue a una millonésima parte de diferencia y sea a esa minúscula parte achacada la causa. Pero, yo planteo una razón mucho más simple: la persona debía enfermarse de lo que se enfermó por alguna razón específica, ya sea para su propio aprendizaje, para aprendizaje de su familia, de su grupo social, de su país, en fin, del mundo. Y más profundo aún, es posible que la enfermedad de uno de sus miembros no sea más que la forma de lograr el equilibrio de acciones de vidas pasadas.
En la práctica de la Terapia de Vidas Pasadas se suele ver que en algunas vidas se viva una vida de prostración y enfermedad, de mucho sufrimiento. El enfermo es posible que viva esa vida como una de aprendizaje para una futura en que será sanador o médico o alguien relacionado con la sanación y compasión, o simplemente viva esa vida porque en otra actuó de mala manera produciendo heridas o amputaciones que hacían que los que las sufrían vivieran prostrados. Se devuelve así la rueda y el que fue mutilador violento sufra ahora las consecuencias de beber de su misma copa. Pero, los familiares de ese enfermo pueden tener otras motivaciones para vivir esa vida –y haberla acordado con el enfermo antes de venir-, y una de ellas puede ser que deban aprender a cuidar enfermos para poder en otras futuras encarnaciones hacerlo en condiciones más estresantes –por ejemplo tragedias o guerras- o porque van a ser profesionales del área de la salud, o bien porque en otra vida le negaron a ese enfermo los cuidados que debían darle. Por ejemplo, un hijo no reconocido, en que se repudió a la madre, o el engendrar un hijo en un acto de violación, y desconocer entonces la responsabilidad paternal. O bien, alguna persona a la cual se asesinó en otra vida y a la cual ahora se le deba dar todos los cuidados posibles. Y una forma de no poder escabullir el bulto es con una enfermedad invalidante.
Las posibilidades son tan amplias como amplia es la naturaleza humana. Con seguridad usted tenga otras razones que pueda sumar a las que expuse someramente y puedan darle más sentido aún a la existencia de un enfermo llamado “congénito”.
Las enfermedades necesitan de un agente físico: virus, bacterias, etc. Ahora le agregan los científicos la genética. Pues bien, esos son solamente agentes. La verdadera razón detrás de la enfermedad es el aprendizaje. Y ella se va a producir siempre que haya que aprender algo.
No venimos a la vida de casualidad. No sirve eso de “me tocó esta vida”. Eso no es así. Venimos con condiciones dadas generadas en nuestro pasado. Nada es casual ni injusto. Aunque pensemos que ello es así. Solamente venimos a aprender. Y el mayor aprendizaje es aprender a amar, a amar a nuestros semejantes, a nosotros mismos, al planeta, a los que nos hacen daño, en fin, a manifestar el amor. Eso es lo único que queda al final, y lo único que nos saca de la rueda de encarnaciones, el amor.
Que Dios nos bendiga.
Me conmovió mucho. 😦
Gracias por el comentario Paloma.
Un abrazo.
Hola Luis mucho tiempo… despues de empezar a leer tu publicación decidí imprimirla para leerla cada vez que sea necesario, me hace tanto sentido como te podrás imaginar… te mando un abrazo enorme, gracias
Paola, me alegro que te sirva el artículo.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Todo tiene sentido…pero puchas que cuesta amar a la persona que te hace daño.
Cariños
Verónica, gracias por tu comentario.
De verdad eso es re-difícil. Y por eso es algo que tenemos que aprender.
Recordemos a Juan Pablo II cuando fue a ver a quien le disparó para asesinarle.
Eso es conmovedor y aleccionador.
Un abrazo y que Dios nos bendiga, incluídos los que nos enseñan cosas.
Hola Luis:
Me considero afortunada por haber encontrado “de casualidad” este blog y tener esta libertad de preguntar y compartir, dar mi opinión.
Todo un tema el de la enfermedad; es que como uno no sabe cuán grande es la factura a pagar, se puede volver hipocondríaco !!! por si acaso.
A veces yo me dijo “qué mala habré sido en otras vidas que ahora me toca esto”! (también tengo una lista de cosas buenas, eh!) pero me refiero a los achaques que se vuelven crónicos y ahora temo operarme de la vista para quitarme los lentes o quedarme con ellos, también por aquéllo que comenté en otra de que un astrólogo me pronosticó “un bajón para el 2010-2011 y que no había mucha gente para cuidarme”, y parece cierto lo de que hay poca gente como para eso.
A mi me mandaron con las emociones a flor de piel y es eso, el tipo de personalidad, y con ella la facilidad para psicosomatizar.
Me pregunto cuál sería el camino para no temer y hacer lo correcto para parar la rueda, o bien, aceptar lo que venga sin patalear (raro en mí, rebelde por naturaleza).
Y como ahí dicen: qué difícil amar al enemigo, difícil amar al del partido políico contrario, al que no entiende lo que para nosotros es obvio, al que nos hace daño, al que no nos gusta su cara o su forma de vestir, su cultura, su música favorita ruidosa; difícil aceptarlo como hermano.
Y será por todo eso que nos enfermamos, lo hacemos por nuestro no-amor, o porque también uno siente que tiene derechos, y los tenemos, pero, tal vez en otras no hemos respetado los derechos de los demás.
Y bueno, en estos espacios nos vamos acompañando y haciendo menos solitario el Camino, y sí, sanando mientras lo ponemos en palabras.
Un abrazo,
INéS desde Uruguay
Inés, en la hipocondría el principal factor es el miedo, con una preocupación exagerada por los temas de salud. Sin duda alguna que la proliferación de “estudios científicos” y comunicados varios de los laboratorios y otros interesados, en los cuales le entregan responsabilidad por la salud o la enfermedad a cuanta cosa hay sobre o bajo la tierra, son los responsables por la preocupación exagerada de las gentes sobre estos temas.
No estoy de acuerdo con eso de lo que describes como tipo de personalidad y eso de psicomatizar.
Y en cuanto a la pregunta que te haces del camino me parece que por ahí pueden ir las respuestas en vez de asegurar algo que no puedes manejar.
Nos enfermamos por muchas razones, y en muchos de nuestros desequilibrios tiene que ver la personalidad que anda por la vereda del frente de la del alma. Pero hay más aún en la producción de la enfermedad. Lo importante es el camino, andarlo, sin miedo al paso que se pueda recorrer.
Y no hay nada casual. Hay causalidades.
Que Dios te bendiga.
Hola Luis; muchas gracias por tu respuesta.
Cuando hablo de psicomatizar, en mi caso se ha dado que luego de un episodio traumático me ha quedado el “regalito” de un síntoma crónico.
No sé si esto viene de vidas pasadas y algo de esta misma, pero mi ser emocional es muy gordo y comilón y se enferma.
Será que todo lo quiero saber para poder manejarlo y no dejar nada fuera de control? mmmm, y las sorpresas están fuera de control… para algo son sorpresas; tal vez haya que amigarse con uno mismo y mirarse cara a cara con el miedo.
La paradoja es que me dedico a aliviar a los demás, tanto con mi escucha como socioterapeuta, como en la medicina de alternativa, alivio, cuido, transmito confianza, paz y por otro lado… mi polaridad…
Me gusta aliviar, por algo será, siento que es mi misión, aunque yo enferme por el dolor, no lo paso a otro sino que proyecto mi Fé en los demás! tendría que hacerlo conmigo! he tenido tantas pruebas de que la Fé mueve montañas.
Pero sigo y seguiré trabjando estos aspectos y transitando el Camino cosechando respuestas y amigos que va eligiendo mi alma como ustedes aquí y otros por allá.
Seguimos Luis, esto está más que interesante.
Saludos a todos !!! y muchas gracias !
Inés, gracias por el intercambio de ideas, vivencias, pareceres, experiencias.
Fíjate que yo creo que hay que separar las aguas. Por un lado está el tema de tu servicio a los demás como socioterapeuta, aliviando, cuidando, llevando paz, ayudando a sanar, que es la manera como manifiestas el amor al prójimo. Eso es amor. Simple y puro.
Y por otro lado está lo que te pasa a tí como ser humano, fuera de la terapeuta, aprendiendo, viviendo, experimentando su propia vida.
A mi poco me gusta el término psicosomatizar. Yo planteo que la enfermedad tiene muchas vertientes, y entre ella una de la principales es el papel de la emociones y su manipulación. Otra es la dicotomía entre el alma y la personalidad, que cuando cada cual anda por su camino se producen los mensajes del cuerpo.
Por otro lado tenemos las influencias de energías extrañas a nosotros, como las posesiones espirituales y el fenómeno de las abducciones extraterrestres, asunto que el actual método científico no puede tolerar.
Por último tenemos aquellas enfermedades que debemos atravesar como proceso de vida, de aprendizaje.
Y de seguro hay más, pero ya lo veremos más adelante.
En lo que dices de los miedos y del proceso de control y todo lo que te pasa solamente puedo decirte que no cejes y sigas adelante. El camino de la sanación puede ser largo, pero es entretenido. Y cuando te haces las preguntas que te haces puedes llegar a buen puerto. Cuando se hacen las preguntas vienen las respuestas. Y no al revés.
Que Dios te bendiga.
Que bueno que estés escribiendo de nuevo… respecto a lo que publicas hoy… yo opino algo diferente……y es que tal vez no hay que alejarse tanto (a vidas pasadas) para entender y aceptar las enfermedades del aquí y ahora.
¿Has visto cómo es que las enfermedades aparecen en las familias?. Los médicos dicen que se trata de genes predisponentes y/o virus y bichos raros que hay en el ambiente….Otros creemos que puede ser por factores relacionales. O sea en las familias aprendemos a relacionarnos de tal o cuál manera con las cosas, con los problemas, con el amor, con las carencias, con el dolor, etc… lo aprendemos de forma vicaria, y con el corazón y la intuición también… Y bueno, así por ejemplo, frente a un dolor algunos nos desesperamos y fisiológicamente respondemos a esa desesperación con sudoración, agitación en la respiración, aceleración del corazón y mil otras transformaciones en nuestro sistema… si a cada dolor por grande o pequeño reaccionamos más o menos igual, los órganos involucrados tienden a desgastarse y sobreviene la enfermedad… Pero si al dolor respondemos reprimiendo las sensaciones los órganos involucrados serán otros y la enfermedad será otra… y así… Como no somos perfectos tenemos múltiples razones para enfermar, o sea múltiples razones para que nuestro sabio cuerpo nos indique que estamos desequilibrando la balanza… el punto es que en los pequeños síntomas no nos detenemos a escuchar lo que el cuerpo nos dice… y sólo cuando la cosa es compleja nos damos cuenta, a veces, cuando ya es difícil echar pie atrás y revertir la situación y encontrar el equilibrio otra vez…
Bueno…Es una idea… que me hace sentido y la comparto a ver que opinan.
Saludos
Gloria, gracias por escribir lo que has escrito. Me ha gustado mucho.
Hacía tiempo que no escribía. He sacado un montón de artículos, porque estoy preparando un libro, que espero algún día vea la luz. Pero seguiré escribiendo.
Un abrazo y que Dios te bendiga
BENDICIONES Que bueno es saber que estas en caminando tu libro; no nos dejes de escribir, no soy adigta a este aparato pero en este caso me sirve mucho,mil gracias de verdad, son los pocos que se dan un tiempo para compartir el bien,comparto plenamente tú enseñanza,todo cuanto nos pasa al ser humano no es más que para seguir avanzando y creciendo espiritualmenete,cada golpe en la vida sea, familiar, fisíco,social etc…nos han sido entregadas,para conocernos más como seres y superar las pruebas dadas, para avanzar en un camino con buen norte, para nuestras futuras existencias,en lo personal solo pido nacer en una familia de luz, de amor.Lo importante es adentrarnos hacia nosotros mismos para poder saber, que paso debemos seguir, yaque desde fuera, el hombre se cree con todo derecho de, juzgar,criticar y condenar al projimo, no asi mirarse asi mismo, para superarse sin dañar al de al lado,no es facil ,nada lo és, pero debemos revertir lo malo para poder encontrar el bien en el otro ser;que DIOS los bendiga y proteja infinitamente.maria soledad.
María Soledad, gracias por las bendiciones y por tu comentario.
Espero pronto tener noticias del libro.
Me parece muy interesante lo que planteas de adentrarnos en nosotros mismos. Esa es una buena clave.
Que Dios te bendiga
exactamente !!!
Volviendo a este tema tan interesante, cada vez lo re-veo.
El cuerpo habla, en realidad traduce el lenguaje del alma; se vé que esta le “sopla” algo al oído y a veces se la escucha y a veces no.
Mis síntomas me hablan de mi personalidad, y de qué forma me tomo, me trago, me como y digiero los acontecimientos.
La familia y árbol genealógico entero en un sistema dividido en generaciones.
Cuando tuve este accidente me preguntaba adónde estaría el aprendizaje.
Hoy creo que ya tengo una pista, hasta convoqué a mis hijos para tener una sesión de terapia conjunta, porque, ya parece que ellos se creen que no son parte de esto, de este sistema y del gran sistema desde donde se vienen repitiendo conductas casi iguales, siguiendo patrones que vienen desde tiempos inmemoriales (o todo estará pasando simultáneamente?)
Mi intención -y sé que no soy dueña de los resultados- es que tomemos conciencia de que cuando algo se repite de generación en generación es porque debe ser sanado.
Hablar, sacar, vomitar, aclarar, o sea, dar luz desde la forma en que cada uno VE la situación familiar.
Puede ser una re-unión histórica -que igual lo será- en donde se plantará una semilla que cada cual elaborará a su manera, y que hasta puede ser, ojalá que no, una batalla de egos y mecanismos de defensa, PERO, por mi parte, pretendo que sea un espacio en donde se le ponga un palo a la rueda de repeticiones, al menos, saldrán culebras o nó, pero intento terminar con lo NO-DICHO o sea A-DICCION, porque en eso se transforma el tragarse lo que uno siente, en una enfermedad, en vínculos enfermos, en rabias que toman una forma física.
Entonces puedo repudiar el hecho y la forma del accidente, pero aceptarlo como algo necesario para que se produzca un cambio.
Si el cambio fuese tan intenso como el accidente, estaría bueno, la verdad; pero es Dios o sus Secretarios de Luz los que sabrán en lo que esto derive.
Todo lo que pasa lo hace porque es necesario en este mundo, parece.
Que Dios te bendiga Luis, a los lectores y a nosotros, mi familia.
Cariños !!!
Inés, gracias por las bendiciones.
Sin duda alguna que lo que dices tiene mucho sentido, y los patrones de comportamiento que aprendemos nos van definiendo. Lo que si es claro es que las situaciones de vida se repiten en la familia, esperando ser sanadas. Son roles que se van asumiendo de generación en generación, para ser trabajados. Y es necesario trabajarlos. Las constelaciones familiares hablan de eso.
Es necesario ser cuidadoso con lo que mencionas de “hablar, sacar, vomitar, aclarar”, y cuidar las formas y elegir los momentos. No vaya a ser cosa que lo que se pueda decir tenga el mismo efecto que un elefante suelto en una cristalería.
Y todo lo que pasa es porque es así y así está bien.
Que sigas sanando y que Dios te bendiga.
Luis, me encantó la metáfora del elefante suelto en la cristalería. Un caos !!!!
La sesión se dió en paz; la semillita está plantada y de ahí germinará la planta que habremos sido capaces de lograr.
Es momento de procesar consciente o inconscientemente, estaremos elaborando y ya se verá.
El intento ha sido, hablar, con respeto pero sinceramente, o lo más posible.
Sin duda que los reclamos hacia mí no fueron pocos; los asumo hasta donde puedo y haré lo que vaya sintiendo para cambiar patrones tan arraigados e imitados durante tanto tiempo.
Ellos son muy jóvenes y no sé hasta donde tendrán ganas de mirarse por dentro pero, en nuestras almas ahora está impreso un encuentro, un intento, que dará, irremediablemente, un resultado, un fruto… cual??? no se sabe, pero, Luis, jajajaja, no anduvo ningún elefante suelto correteando por el consultorio (buenísimo, te robo el dicho porque no lo conocía, si me permitís).
Un beso para todos !!!
Inés, el dicho no es nuevo, pero es una buena metáfora. Sin duda que es aplicable a todo aquel que trabaja ayudando a otro u otros, para ser cuidadoso con la boca.
Me alegra que todo haya salido en paz y se haya puesto semillas. Y que hayas escuchado lo que dijeron también y saques conclusiones desde ahí y puedas sanar y con ello sanen todos.
Que Dios te bendiga.
hola queria saber si eras familiar mio, por el apellido…
Hola Liliana, interesante lo coincidente. Familiares directos no somos seguro, pero qué duda cabe que somos de la misma familia, la grande, la humana.
Que Dios te bendiga.
liliana viviste en mar del plata,buenos aieres ,Argentina?