La conciencia está presente en el embrión desde antes que lo sea. Cuando ya lo es el Alma ya está y ahora se multiplican las células en forma exponencial con una rapidez asombrosa. Uno de los más grandes misterios de la naturaleza se pone en marcha. Así nacemos todos a cada una de nuestras vidas. Usted, yo, él, ella, nosotros, ellos, todos, sin excepción.
En la Terapia de Vidas Pasadas (TVP) uno de los temas importantes es la vida fetal. Esta etapa es fundamental en la vida, ya que todos los acontecimientos que le rodean, desde la concepción misma, influyen en la personalidad y en la conducta de cada cual. La experiencia me ha demostrado- y así lo reportan también los terapeutas de TVP en sus escritos o relatos de su práctica- que todo lo que sucede en el vientre materno, todo lo que piense o sienta la madre, o el padre, y todo lo que suceda en su entorno familiar es conocido por el ser en gestación. Nada escapa a su conocimiento, se da cuenta de todo lo que pasa, y no existen los secretos para él, o ella.
El ser en gestación sabe todo lo que ocurre. Y cuando pasa por acontecimientos traumáticos quedan huellas profundas en él, que condicionan su comportamiento futuro, y con ello los resultados que logre en la vida. Sabe desde el comienzo si es o no uno deseado. Independientemente del acuerdo que hace antes de encarnar, comienza su transitar por la vida que eligió. Es posible que parte de su acuerdo haya sido equilibrar acciones pasadas en que engendró hijos sin desearlos, y que ahora sea necesario que atraviese por la misma circunstancia, siendo él el no deseado. Puede que incluso alguno de sus progenitores haya sido su víctima en otra existencia. Sabe desde el comienzo si su madre deberá vérselas sola con su embarazo sin su padre presente, ya sea por falta de amor de ella hacia su padre, o por abandono de él, o simplemente por cualquier razón, por fea y ruin que nos pueda parecer. Y experimentará todas las sensaciones y emociones que estas situaciones provoquen en él, además de vivir las de la madre como propias, lo que puede contribuir a su confusión, y eso irá dejando sus huellas.
Es posible que sea un niño deseado, pero su sexo, el que eligió o acordó para esta vida sea el contrario al que su o sus padres desean. Entonces, un padre presente, con fuertes lazos de amor con la madre y el bebé piense y repita que quiere un niño para llevarlo al estadio el domingo, o para que le acompañe en sus excursiones de pesca y caza, o para que sea un boxeador famoso, actividades predominantemente masculinas, y este sea uno de sexo femenino. O sueña alguno de ellos –o ambos- con tener una niña que repita la vida de su madre o de alguna abuela, por la razón que fuera. El simple hecho que el gestante escuche los deseos paternos o maternos y no pueda complacerlos puede llevar a un miedo continuo, en que sienta de antemano –ya en la vida en desarrollo- que no podrá satisfacer los deseos de los seres queridos, de los padres, de sus pares amorosos o de sus superiores jerárquicos.
Las madres deben comunicarse desde un primer instante con el nuevo ser y mantener con él o ella siempre una buena comunicación. Hace un tiempo un paciente me relató que su nombre lo sugirió él a su madre. Esto lo corroboré después con otras pacientes que relataron algo similar. Entonces, una buena cosa es preguntarle al niño o niña cómo quiere que lo llamen, y la madre escuchar dentro de su corazón la respuesta. No hay que ser médium ni tener desarrolladas facultades psíquicas para lograr esa comunicación. Basta estar presente y conectarse con la guagua y pronto se sabrá. Hay que confiar solamente. Es recomendable que hablen continuamente con él, decirle que lo esperan con amor y cariño, para que venga con confianza a vivir esta nueva experiencia, que será cuidado, amado, guiado y protegido. Explicarle que es una nueva vida, y que todas las experiencias anteriores eran eso, anteriores, y que esta es una nueva oportunidad para experimentar el amor, dándolo y recibiéndolo. Hay que acariciar la panza, la barriga de la madre, ambos deben hacerlo, y si están los hermanos mayores también, hablándole cariñosamente.
Cuando la madre va a los controles médicos explicarle que todo va a estar bien y que no habrá nada que le pueda hacer daño, y que todo es un asunto de rutina y, si existe algún examen invasivo, explicarle que no es para provocarle a él o ella ningún daño. Recuerdo una paciente que durante su período fetal no sentía ningún cariño por el médico obstetra de su madre, y que cuando la recibió al nacer lo hizo de forma fría y distante. Ya sabía ella cómo era el médico. Por lo tanto las madres deben observar las reacciones de sus bebés ante estas figuras como son los médicos y las matronas. La comunicación ya se establece desde mucho antes de nacer.
No puedo dejar de referirme al parto por cesárea que tanta difusión tiene hoy día, especialmente en Chile. Las cifras de cesáreas son alarmantes, en desmedro de los partos por los canales naturales como ha venido ocurriendo en la humanidad desde hace ya varios millones de años. Si, millones de años. Es verdad que algunos partos son complicados y pueden presentar problemas y algunos de ellos poner en riesgo la vida de la parturienta o de la guagua. Es verdad. El Dr. Claudio Naranjo sitúa esta cifra en menos de un medio por ciento (0,5%) de los partos, y reclama que esos casos son los que deben ser asistidos con los recursos tecnológicos y humanos de los hospitales y clínicas. El resto debe nacer por las vías naturales. Sin embargo, en los países que se dicen civilizados más de la mitad de los partos son por cesárea. Y ello es simplemente porque los médicos lo recomiendan así. Han desaparecido las comadronas y las matronas y los partos en la casa están prohibidos casi por ley. Todos los nacimientos son hoy a una hora dada, acordada entre equipo médico, clínica –por disponibilidad de quirófano- y parturienta. Está todo programado, por hora. El médico y su equipo cobra lo mismo por un parto por cesárea que por uno normal. Pero con uno programado puede programar su tiempo con rigurosidad casi matemática y continuar con su agenda. Con un parto normal no puede existir agenda más que tentativa. Y el cobro por los servicios profesionales es el mismo. La cesárea no respeta los tiempos naturales y requiere de drogas y anestesia que el feto no puede dejar de consumir. Poderoso caballero es Don Dinero.
Cuando el paciente relata su experiencia de la cesárea que lo sacó del vientre materno por lo general lo asocia con un trauma profundo. Siente cuando comienza el primer corte en la piel de la madre, aún cuando ella no sienta dolor; pero él escucha el corte. Y así con los tejidos interiores, hasta que llegan a él. Es tomado generalmente de debajo de los hombros y arrancado de ese lugar, sin estar terminada su gestación –las matemáticas de las cuentas no cuadran con el período de gestación personal- para llegar a un lugar frío, lleno de luz enceguecedora, y sin completar el ciclo que la naturaleza ha reservado para los seres humanos. Ha nacido aterrorizado, y desconectado de su madre. No nos extrañemos si en el futuro este ser nacido de esta forma no puede establecer relaciones amorosas duraderas ni de calidad, incluso con su progenitora.
Los seres humanos somos seres humanos desde hace millones de años. Y el espacio fetal y el nacimiento marcarán a fuego nuestra futura vida. Las carencias afectivas, los traumas como el de la cesárea mencionado, las muestras de rechazo o agresión, quedarán impresas en el ser naciente, y el parto agresivo marca profundamente. Y a veces me pregunto los porqué de la vida y sociedad que tenemos y hacia adonde vamos, y pienso en asuntos como estos, en que la agresión está presente en nuestra entrada al mundo.
La gestación y el parto deben ser espacios llenos de amor solamente para que podamos tener después seres humanos que brinden amor y reciban amor. Tenemos mucho que aprender y recobrar. La ciencia nos ha quitado importantes dosis de amor y nos ha sumido en el miedo por excepción. Y ello deben comprenderlo las futuras madres.
Que Dios nos bendiga a todos los hijos, o sea a todos los humanos.
Hola, entre a este artìculo por que queria saber como era el proceso de encarnaciòn del alma durante la gestaciòn; quisiera saber si la acciòn de un aborto inducido crea una situaciòn de karma con esa alma o que se puede dar de una situacion asi. Gracias.
Hola Nohelia, gracias por pasarte por aquí.
En mi experiencia he visto que el proceso de encarnación es gradual. En algunos pacientes he escuchado que encarnan de una vez y ya no se mueven. A otros les sucede algo diferente, entran y salen. Ahora bien, el proceso de encarnación puede extenderse hasta más allá del nacimiento físico.
El aborto, sea como sea es eso, un aborto, y el Alma que lo sufre no conoce de apellidos: lo sufre, indefectiblemente. Obviamente que la acción de abortar puede crear karma, pero también puede ser un equilibrio de acciones pasadas, o un aprendizaje para futuras experiencias. Pero, lo que si es claro es que la o las personas que participan en el aborto crean su propio karma y deberán equilibrar sus acciones tarde o temprano. Ahora bien, puede haber múltiples aristas en el aborto inducido. Por ejemplo, si el aborto es inducido porque se pone en riesgo a la madre y al nonato en forma conjunta y segura puede haber atenuantes. El asunto es hacerle ver a esa Alma que es inviable su permanencia por los riesgos que ello puede implicar, para que se retire en paz. Ahora bien, ¿cómo se puede retirar en paz?. Es una incógnita para mí, ya que mi experiencia no va más allá. Me toca trabajar con Almas que han sido abortadas con mucho dolor, sufrimiento y crueldad, pero no he tenido experiencias en este tipo de casos. Es complicado el asunto conforme lo que la ciencia nos ha enseñado al vernos solamente como máquinas es proceso de crecimiento, mantenimiento y decaimiento, y no vernos como Almas que tenemos un cuerpo para expresarnos, ya que a ella debemos llegar para aclarar el asunto. Sin duda que todo hecho desde el amor y compasión puede morigerar toda acción dificultosa.
Que Dios te bendiga.
Muchas gracias a ti por responderme, quedan las cosas un poco mas claras.
De nada Nohelia.
Que Dios te bendiga.