El tobillo es una articulación principal de nuestras piernas, y tiene una función principal en nuestro “caminar” por la vida. Como está contenido en las piernas tiene el significado general que ellas representan: son las que nos permiten desplazarnos, ir de un lugar a otro, e ir al encuentro con el otro (o la otra), y también al encuentro de las cosas, lugares o situaciones que son importantes para nosotros. Los tobillos son en última instancia los que realizan físicamente la acción de la dirección en que nos movemos. Como son una articulación es ahí donde modulan algunas fuerzas complementarias, que tienen que ver con nuestras creencias, nuestros valores y su manifestación en la vida y en la relación con el mundo que nos rodea –social, laboral, afectivo- y nosotros.
El tobillo es además el puente que nos comunica con la Pachamama, la Tierra, y todo lo que ella representa. Como puente entre el arriba y abajo los tobillos adquieren la importancia de la vía de comunicación, y analógicamente puede interpretarse como el puente entre lo mental (lo de arriba) y lo físico o real (la tierra). Los tobillos son además la antesala de los pies, que son los encargados del apoyo, por lo cual tienen importancia fundamental en ello. En los tobillos se anclan los tendones de Aquiles. Los tendones representan además las energías mentales. Los problemas a los tobillos pueden dar cuenta de un bloqueo de energía, es decir, energía que no logra producir movimientos en la vida, no pasa a la Tierra.
Los problemas en las articulaciones tienen relación con la rigidez o con la poca flexibilidad en relación a diferentes aspectos de la vida. Las dolencias de los tobillos nos avisan de la rigidez en cuanto a las creencias de los apoyos que tenemos, o simplemente que la “dirección” que lleva nuestra vida en algún aspecto importante no está en consonancia con nuestro propósito o misión de vida. Cuando no somos capaces de tomar una decisión que tenga relación con la dirección que estamos tomando en la vida se presentarán problemas a alguno de los tobillos, lo que deja de manifiesto alguna emoción en relación a ello, como puede ser el miedo o el temor al futuro, o la confusión que nos acarrea el cambio obligado. Para interpretar fielmente las dolencias se debe analizar la lateralidad, es decir, cuál de los dos tobillos es el afectado. Si es el izquierdo puede tener relación con los aspectos femeninos de la vida, con la creatividad o con la o las mujeres importantes en la vida. Si es el tobillo derecho la relación puede ser con lo laboral, con la provisión de fondos, o simplemente con la relación con el hombre o los hombres importantes en la vida.
Las torceduras, los esguinces, los traumatismos y dolores en general dejan en evidencia los conflictos y la necesidad de dar un giro a la vida, aun cuando queda claro lo que cuesta hacerlo, por tener que romper barreras representadas por las creencias que hemos adquirido a lo largo de los años. Por eso es que los niños no presentan problemas de este tipo. Cuando se produce una fractura en el tobillo –por cualquier causa que sea- se manifiesta un conflicto de extrema profundidad, que fuerza entonces a detenerse en el camino que se llevaba, dando la oportunidad de reflexionar y suavizar las posturas y hacerlas más flexibles, para poder retomar el “camino”, o cambiarlo definitivamente.
Que Dios nos bendiga a todos, y nos guíe en la dirección que debemos ir.